Escritor no-ve(l)
Si has
llegado aquí a través de un motor de búsqueda, en pos de la
editorial mágica que publique a escritores que jamás lo han hecho,
te advierto. Para de leer. Esta no es tu entrada. Principalmente
porque esa editorial soñada no existe.
Te
podrás sentir ofendido por mis palabras si acabas de terminar tu
primer escrito importante (o el segundo, quién sabe) y crees que tu
bonita Claudia, o tu encantador Tom, o esa deliciosa Amelia de la que
tan orgulloso estas, o cualquiera de tus personajes, se merece estar
en una librería más que algunos libros que habéis tenido la
oportunidad de leer. Y quizá así es. Pero quizá, ese libro no es
tan malo o quizá su autor trabaja en una editorial. O les ha dado un
fajo de billetes, que lo mismo es.
“Pero,
si eso está publicado, yo también puedo publicar”,
pensarás.
A mí
me ocurría lo mismo. Lo cierto es que me sigue ocurriendo lo mismo.
No sabéis las veces que he entrado en Google, he tecleado “Editorial
para escritores noveles”, y he dado vueltas a la red, por delante y
por detrás y de dentro a fuera y de fuera a dentro. He cambiado las
palabras clave, he hecho click en no sé cuantos enlaces de
editoriales que prometen el oro y el moro. Por un módico precio,
claro.
Luego
están las editoriales soñadas. Y por el amor de todos los Panteones
que han existido, existen y existirán, si crees que has encontrado
tu editorial, hazte el favor de buscar su nombre en Google añadiendo
la palabra “problemas”.
Si no
encuentras nada malo, ahora es cuando me tienes que hacer el favor a
mí y decirme el nombre de esa editorial, porque has encontrado lo
que se dice un diamante en bruto.
Nunca
te fíes de una editorial.
(Sí,
estás leyendo la gran creatividad de Minroud en directo. No me
extraña que no me publique ni el gato).
Sé que
has leído esa frase muchas veces. Pero lo digo en serio. Si alguien
sabe lo que se siente buscando una editorial, esa soy yo. Pero
también sé lo que ocurre si te precipitas, y, como yo diría en
registro informal, “tiras pa'lante y que sea lo que Dios quiera”.
Busca, busca, vuelve a buscar. Y no pasa nada si no encuentras lo que
buscas. Dejalo estar. Igualmente, pocas editoriales, digan lo que
digan, se arriesgarían a publicar a un novel por su cara bonita.
Y ya
paro de decir estas cosas, porque estoy segurísima de que ya os
habéis tragado todo el rollo de “registra tus obras” y “ten
paciencia y no te desanimes”. Y si no os lo habéis tragado, no
estáis en pleno derecho de ser escritor novel, porque esto no es un
camino de rosas, y ese típico post es como una iniciación.
Lo tienes que haber leído. A no ser que tu padre tenga una
editorial, pero en ese caso, no tendrías problemas para publicar y
no estarías aquí.
No me
voy a ir por las ramas, porque, simplemente, hay un millón
doscientos mil entradas como esta en Internet. Y sí, también hay
muchos que llegan a este punto de “no te van a publicar”.
En este
punto es cuando te mandan a la autopublicación.
En este
punto es cuando empiezan los consejos reales de la Doctora Minroud.
Y mi
primer consejo es el siguiente:
No
te autopubliques en papel.
Da
igual que te digan que X escritor famosísimo empezó con la
autopublicación.
Vas a
perder dinero, y te va a dar un disgusto. Maquetación y diseño,
todavía es aceptable. Pero la impresión te cuesta un riñón. Y no
te lo van a remunerar.
Todo
esto tiene sus matices. Por ejemplo, si tu tirada es de cinco
ejemplares de diez páginas, para repartirlos entre la familia, no
tienes por qué calentarte la cabeza.
Pero en
fin. No creo que la mayoría de escritores noveles quieran eso,
¿verdad?
Queremos
darnos a conocer. Lo sé, en el fondo es todo lo que queremos. Que la
gente nos lea.
Eso es
lo que tienes que conseguir.
Este es
mi segundo consejo. Autopublícate. En la red.
Subid
vuestras historias. Conozco de sobra ese sentimiento que hace pensar
que una historia es demasiado buena para subirla. Que se
merece estar en la primera plana del New York Times.
Quizás
llegues al New York Times, pero no va a ser con tu primer libro. O,
mejor dicho, con la primera vez que saques a la luz tu primer libro,
porque quizás dentro de muchos años lo redescubran como una “Joya
inédita de gran escritor Perico de los Palotes”.
Ahí es
cuando los que te están apoyando desde el principio se reirán. Tú
también te reirás. Recordarás el sudor y las lágrimas, y la
sangre de esa vez que te arrancaste un padrastro buscando inspiración
y casi te llevas medio dedo por delante.
También
está el miedo a que te copien. Eso, amigo mío, es algo que no te
puedo reprochar. Pero gracias a la tecnología, hay al menos un lugar
en el que si te quieren copiar, tendrán que copiarlo todo letra por
letra. Y la gente es muy vaga, te lo aseguro.
Ese
maravilloso lugar es Wattpad (www.wattpad.com)
Tendrás que hacerte lugar entre fanfics de distintos tipos y
fantasías adolescentes con One Direction que posiblemente vayan a
tener más éxito que tu bonito libro, pero si vales, saldrás
adelante.
Quizás
hay más, pero no los conozco. Este es el que yo uso.
Tercer
consejo:
No te
quedes en una historia.
Haz un
blog -¡de lo que sea!- que actualices habitualmente. Utiliza las
redes sociales (TWITTER, TWITTER, TWITTER). El “Rol Play” no
es una pérdida de tiempo.
Presentate
a concursos, no tienes nada que perder, y mucho que ganar. Demuestra
tu talento siempre que puedas, y no temas desperdiciarlo: he leído
“fanfics” mejores que algunas historias originales. ¡Hay un
mundo ahí fuera, y las nuevas tecnologías están aquí para
ayudarnos! Tenemos una suerte increíble de poder estar todos
conectados.
Y una
última cosa. El dinero es lo de menos. Si te dicen “¿Eres
escritor y no ganas nada? Vaya timo”, ignóralos. Gente estúpida
hay en todas partes, e intentarán desanimarte (Por ejemplo, a mí un
niñato me dijo, cito textualmente “Yo escribo cualquier cosa y
seguro que me la publica Anaya o algo mejor y tú tienes que ir
lamiendoles el culo a editoriales de mierda pa' que publiquen tu
mierda libro”). No eres J.K. Rowling, y nada va a ser fácil. A Jo
tampoco le fue fácil. A ella la mandaron a la mierda educadamente
muchas veces. Qué demonios, tampoco querían publicar a Cervantes, y
mirad, ahora todo el mundo lo conoce, ¿no?
Tienes
que ganar seguidores, personas que te lean.
Cuando
consigas eso, publicar será mucho más fácil. Una editorial no está
formada por idiotas. Si les mandas un correo en el que indicas
lugares en los que se aprecia que dos mil personas desean comprar tu
libro, Editorial X no va a pedirte dinero, porque se dará cuenta de
que tú les vas a dar dinero.
Dinero.
Vaya una palabra desagradable y asquerosa.
Olvidate
de los euros. Escribe para ti mismo, para tu gente. Que tres papeles
arrugados y malolientes no te corten las alas.
No hay comentarios: